Viajero fabuloso, hoy quiero contarte una historia especial, una que es bastante diferente de las que usualmente escuchas de mi.

Es una historia que tuvo lugar enteramente en mi cabeza.

Un Viaje a Través de una Mente Errante

Esta aventura tuvo lugar durante mi primera sesión de meditación vipassana; una práctica de meditación que está basada en la experiencia práctica, completamente libre de cualquier dogma religioso o ideológico.

El ejercicio que estábamos haciendo, se llamaba “Firme Determinación”. Por una hora, tuvimos que permanecer en la misma posición de meditación sin movernos en lo más mínimo o abrir los ojos. Teníamos que enfocarnos en nuestras sensaciones corporales, esforzarnos por estar en el momento presente y evitar perdernos en nuestras memorias o futuras esperanzas.

Me prometí continuar el ejercicio hasta el final.

Confrontación con dolor

A los pocos minutos de la meditación, mis tobillos comenzaron a doler por estar sentada con las piernas cruzadas. Mi mente, acostumbrada a la comodidad constante, quería abandonar el ejercicio y cambiar mi postura.

De repente me di cuenta del daño que me había estado haciendo cada vez que cedía a la gratificación instantánea. Me di cuenta de que ni siquiera podía enfrentar el más mínimo obstáculo físico o mental. La más mínima incomodidad me tentó para abandonar mi promesa, un simple capricho me llevó a renunciar a mis compromisos. Incesantemente, mi mente me tentaba a fallar: “¿Por qué estoy haciendo esto?”... “¿Cuál es el punto de sentir dolor?”...

Habría sido muy fácil ponerse cómodo: “¡Mueve tus pies y estarás más cómodo!” imploró mi mente.

Pero... ¿a qué precio?

El precio podría ser inconmesurable: Dejaría caer la última muralla de mi resistencia contra tentaciones e impulsos. Seguiría mi deseo de ajustar mi postura y mirar alrededor, perdería la única herramienta que me permitía soportar las múltiples demandas de mi subconsciente impulsivo: La capacidad de renunciar a la gratificación instantánea por una mayor felicidad en el futuro.

La maestra nos advirtió por adelantado sobre este obstáculo: Ya que todos éramos principiantes, podíamos esperar sentir algo de dolor en nuestros pies y espalda. Pero no sería suficiente con simplemente ignorar el dolor, teníamos que observarlo tomar lugar en nuestro cuerpo y separar nuestros egos de la sensación. Esta era la única manera en que podíamos resistir las sensaciones pasajeras y los impulsos de corta duración.

Por lo tanto, continué observando las sensaciones físicas y me seguía diciendo a mi misma que la incomodidad era sólo temporal. Por unos cuantos momentos, me las arreglé para simplemente observar el dolor sin sentirlo. Lo observé con ecuanimidad, diciéndome a mi misma que el dolor es tan solo una sensación en mi cuerpo, destinado eventualmente a desaparecer.

De repente, el dolor cedió y después desapareció por completo.

Disciplina y resistencia al dolor

El objetivo de esta meditación no era buscar el dolor o tratar de disfrutarlo. En vez de ello era darse cuenta de que todas las incomodidades ayudan a forjar nuestro carácter. El mismo concepto se aplica cuando estás haciendo ejercicio y sientes dolor, pero continúas de todas formas. Cuando hacemos ejercicio, tenemos la libertad de detenernos en cuanto sentimos dolor o podemos persistir e incrementar nuestra tolerancia ante los malestares de la vida diaria.

Hay un estudio, mencionado en el libro “Fuerza de Voluntad”, en donde investigadores hicieron que algunos estudiantes se sentaran con una postura erguida durante dos semanas. Durante este periodo, estos estudiantes fueron mucho más disciplinados y estudiosos que el grupo de control, quienes no se sentaron erguidos: La fuerza de voluntad es un músculo que afecta por completo nuestro ser.

Ahora de vuelta a la historia...

Habiendo conquistado el dolor, una pregunta diferente invadió mi mente: “¿Cómo lo estaban haciendo las personas a mi alrededor?”

¿Soy la única con dolor? Tal vez debería abrir los ojos sólo por un segundo. Quizá vea que los otros ya se han levantado y que soy la única resistiendo la tentación... eso seguramente significaría que ya puedo cambiar de posición...

Sacudí de mi mente la tentación, pero de repente llegué a una nueva comprensión.

Confiaba a los demás mi coraje y fuerza de voluntad. Si los demás hubiesen mostrado debilidad, seguramente me habría dejado ir y habría sido menos estricta conmigo misma. Pero si los otros aún resistían, eso me habría motivado a continuar.

Me di cuenta de que siempre miraba hacia fuera buscando motivación. Quería medir mi propia fuerza interior sólo en relación con otros.

“¿Por qué estoy haciendo este ejercicio, para enseñarle a los demás?”, me preguntaba a mi misma. “¡Que cambien su posición! ¡O que se queden quietos toda la noche! Nada de eso no me afecta, así que no me preocupa.”

¡Qué pensamiento tan desestresante y revolucionario! ¿Porqué siempre había sentido la necesidad de compararme con los demás? La confrontación conmigo misma es la única cosa que me concierne. Debería extraer la energía de mi propia llama interior. Debería sentir una sensación de hormigueo en mi cuerpo, escuchar el latido de mi corazón y sentir cómo se magnifican mis sentidos, de una forma tal, ¡que me siento consumida por el deseo de alcanzar mi meta!

Encuentra la Energía en tu Interior

Contraje mis músculos y sentí una oleada de nueva energía creciendo dentro de mi. Este poder se ha arraigado en mi desde la infancia. Al apretar mis músculos y brazos juntos, pude sentir la energía fluyendo a través de mi cuerpo, llenándome con una nueva seguridad y tenacidad. Pero esto no duró más de unos minutos.

Solía pensar que era una de pocas personas que podía reponer su energía tensando los músculos, hasta que leí un artículo durante nuestro tiempo investigando en la Universidad Duke, sobre un estudio realizado por investigadores en la Universidad de Singapur, donde confirmaron que muchas personas han experimentado que contraer los músculos puede llenarnos con fuerza de voluntad y energía. Puedes intentarlo ahora mismo - ¡tensa tus músculos y ve si funciona!

Confrontando la mente

Pero la meditación no es el momento para recordar, tenía que enfocarme en la respiración.

¡Estaba exasperada! Mi mente se movía en todas las direcciones al mismo tiempo y no podía alcanzarla, no podía controlarla. Estos pensamientos se volvían contra mi, imágenes sin sentido corriendo hacia mi, estruendosos sonidos llegando de todas partes.

Pensaba acerca de todo y nada... excepto en la única cosa en la que se supone que debía enfocarme.

Una tercera comprensión llegó a mi, y mi cuerpo se estremeció por completo: Esta corriente incontrolable de pensamientos, esta bestia salvaje era el resultado de mis decisiones impulsivas. Mi hábito de cambiar de una tarea a otra, de empezar 5 proyectos al mismo tiempo, me hicieron incapaz de enfocarme en una sola actividad a la vez. Había entrenado a mi mente a olvidar lo que estaba pensando tan pronto como se presentaba un nuevo pensamiento más interesante. Nunca me había concentrado con todo mi ser, con todos mis sentidos en sólo la actividad que estaba frente a mi.

Desesperadamente, intentaba decirme a mi misma: “¡Enfócate! ¡Enfócate!”

Para mi gran sorpresa, esta simple demanda hizo que mi mente obedeciera instantáneamente. Me las arreglé para concentrarme de nuevo, justo como me había prometido a mi misma.

Mi atención vagaba al día siguiente: “¡Enfócate!”, le decía a mi mente consciente. Imágenes de mi vida diaria aparecían en mi cabeza. “¡Enfócate!” Mi mente consciente recuperaba la ventaja.

Resulta que este método me ha funcionado bien desde entonces. En mi vida diaria, siempre que me encuentro distraída, simplemente le ordeno a mi mente “¡Enfócate!”, y mi mente consciente recupera la ventaja.

Enfocarse

Puedes aplicar esta lección cada vez que tu mente parece que quiere desobedecerte.

Si tienes problemas enfocándote en el trabajo frente a ti, es porque no has entrenado a tu mente a enfocarse en una sola tarea sin interrupciones.

Intenta decirte a ti mismo en voz alta: “¡Enfócate!” Este comando va a tener un gran efecto en tu subconsciente con tan sólo desear poder enfocarte.

También puedes tener una libreta junto a ti. Siempre que las enredaderas mentales te distraigan, escríbelo y así podrás atenderlo una vez que hayas terminado tu trabajo.

Mientras tanto, en el cuarto de meditación...

Tenía que llegar con un nuevo plan si quería enfocarme. Así que usé una técnica que siempre me ha ayudado con tareas difíciles. Me dije a mi misma que probablemente me restaban 30, pero en 10 minutos, sólo me quedarían 20 minutos para irme, y en 20 minutos, sólo 10. Eso no sonaba tan mal. Sólo tenía que esforzarme por 20 minutos antes de que todo fuera más fácil.

Cambio de Tiempo, el método de compresión del tiempo

Este método también ha sido utilizado por David Blaine, el mago de la resistencia que logró contener su respiración durante 17 minutos bajo el agua.

En su libro “Fuerza de Voluntad”, Roy Baumeister escribe acerca de uno de los retos más difíciles de Blaine; la vez que pasó 36 horas encerrado en hielo.

Blaine sufría de claustrofobia y empezaba a temblar violentamente poco después de que lo hubiesen encerrado. “No me sentía bien del todo, fue una completa tortura. Miraba a través del hielo y le preguntaba a la persona que estaba frente a mi qué hora era. Él me contestó: ‘Las dos en punto’. Me dije a mi mismo: ‘¡Tengo que resistir ocho horas más!’. Entonces me dije a mi mismo que no podía ser tan malo si sólo me quedaban seis horas más para irme, sólo tendría que aguantar las siguientes dos horas. A menudo uso este tipo de técnica de compresión del tiempo para cambiar mi perspectiva y tener éxito en mis trucos.”

Muchas veces, todo lo que tenemos que hacer para salir adeltante de tareas difíciles es persuadir nuestra mente emocional para que esté de acuerdo con nuestra mente lógica.

Que es exactamente lo que intentaba hacer durante mi meditación...

Estaba jugando trucos con mi mente, y me estaba haciendo lo mismo a mi.

Me cansé de evadir tantas enredaderas mentales. Estaba totalmente absorta en mi propia realidad mental. Había olvidado por completo a mi cuerpo.

Ya no estaba más en el cuarto de meditación.

Estaba en una batalla en plena noche, cada parte de mi cuerpo estaba siendo golpeada. Ya no estaba haciendo planes para engañar a mi mente y que se enfocara. Me había convertido en una máquina con un propósito: Repeler los ataques y resistir en mi mente...

Cuando de repente, escuché el sonido de una trompeta de guerra haciendo eco a través de la noche. Pero después de un momento, me di cuenta de que era sólo una campana.

Confundida al principio, me di cuenta de que el sonido era una señal de que la sesión de meditación había terminado. Los destellos del eco anunciaron mi libertad.

Abrí mis ojos, aún ligeramente contrariada y descubrí el cuarto de meditación a mi alrededor.

Estaba desgastada y totalmente exhausta, pero transformada. En sólo una hora aprendí más de lo que creí posible en un año.

Había experimentado y aprendido. Fui testigo de todos los trucos con los que mi mente jugaba conmigo, la diversas formas en las que me traicionaba durante mi vida diaria.

Era la primera vez que me enfrentaba abiertamente a mi mente. Y la primera vez que la había vencido.

Lecciones de este Viaje

Si tomas una sola cosa de esta historia, que sea que la meditación es una manera de explorar y fortalecer tu auto-disciplina. Así como irías al gimnasio para mantener tus músculos en buena condición, deberías tomar algo de tiempo para mantener tu mente en buena condición.

Un estudio realizado por Sara Lazar, una Neurocientífica de la Universidad de Harvard, hizo que los participantes meditaran todos los días por 8 semanas. Durante el estudio, los participantes se sometieron a resonancias magnéticas para observar sus cerebros. Los resultados fueron sorprendentes para todos, en especial para los investigadores.

La Meditación de Consciencia Plena, como la meditación vipassana, reconstruye la materia gris en el cerebro en tan sólo 8 semanas. Las partes de cerebro que controlan la auto relevancia, el aprendizaje, la cognición, la memoria y la regulación emocional, así como la empatía y la compasión, crecieron. Mientras tanto, la amígdala que controla el estrés, la ansiedad y el miedo, se contrajo.

Esta transformación en la mente nos conduce a la auto-disciplina. La habilidad de ignorar el miedo y la ansiedad mientras se regulan tus emociones y te mantienes consciente de ti mismo. ¿No son estos los pilares de la auto-disciplina? Ahora, vamos a poner tu cerebro en forma.

El Plan de esta Semana

Tenemos una acción de una sola vez y una meta para ti.

Acción de Una Sola Vez: Construye un Santuario

Duermes en tu cama, trabajas en tu escritorio, comes en la mesa. ¿Dónde meditas?

Si realmente quieres hacer de la meditación un hábito, necesitas un lugar específico para hacerlo. Un lugar donde, una vez que entres, te sientas calmado y relajado y puedas dejar tus problemas atrás.

Encuentra un lugar en tu casa en donde desees construir este santuario. No necesitas un cuarto completo, yo construí el mío en la esquina de mi habitación, justo a un lado de mi cama.

Idealmente, compra un cojín de meditación y colócalo en una suave y linda alfombra como lo hice en mi habitación. Consigue algunos inciensos agradables y llena un recipiente con arena para que puedas quemarlos ahí. Puedes conseguir todas estas cosas en Amazon.

Tu cerebro va a asociar la experiencia completa, la textura de la alfombra y el aroma del incienso combinados con la sensación tranquila de la meditación te ayudará a formar el hábito. Entre más esfuerzo pongas en crear el espacio, mejores resultados tendrás.

Un cálido y acogedor espacio para meditar te invitará a saltar fuera de la cama y empezar el día con una energetizante sesión de meditación.

Meta

Durante los próximos 14 días, tan pronto como despiertes, medita.

¿Estás listo para iniciar este viaje de la mente?

Medita
Hazlo 14 veces esta semana para lograrlo

Medita tan pronto como despiertes en la mañana, cada día, por 14 días.

ACEPTO

Intenta hacer esto tan pronto como te despiertes. Lo añadiremos a tu Ritual Matutino, pero puedes ir y moverlo tan pronto como puedas a tu lista de hábitos. Inmediatamente después de que despieras tu mente está vacía y y no has empezado a pensar en el día que se aproxima.

Antes de que medites, si alguna idea sobre lo que sucederá en el día aparece en tu mente, expúlsala. Di a ti mismo: “Puedo preocuparme por eso después de darle entrenamiento a mi cerebro”. Entre más practiques la meditación, serás más capaz de darle forma a tu mente y será más fácil cumplir estas sesiones matutinas.

Tenemos algunas meditaciones guiadas de 5 y 10 minutos en la sección de Hazme Fabuloso. Intenta probarlas para que tengas una idea de la meditación. Siéntete libre de revisar otras meditaciones guiadas online después de que hayas usado las nuestras lo suficiente.

Eventualmente, serás capaz de meditar sin necesidad de una guía, simplemente explora tu propia mente en silencio. Ese es el objetivo final de Fabulous Sphere: meditar sin ninguna guía, en donde sea.

¿Por qué estamos Meditando?

La Meditación es una herramienta muy poderosa que podemos usar para entrenar tu mente, y más específicamente, tu auto-disciplina. Cuando tomas algo de tiempo todos los días para practicar la meditación, están creciendo partes en tu cerebro que controlan la auto-disciplina, al igual que un fisicoculturista haría crecer sus músculos.

A medida que entrenas tu mente, recuerda tomarlo con calma y meditar sólo 10-20 minutos a la vez. Pero una vez a la semana, te recomiendo intentar meditar un poco más de tiempo, entre 45 minutos y una hora. Encontrarás que estas sesiones más largas son un animal completamente diferente, tanto en dificultad como en el crecimiento posterior.

¡Descubre algo de auto-disciplina durante estas próximas 2 semanas! Hablamos pronto.

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